Demostrar interés en sus contrapartes, un factor y/o estrategia clave que, para fortuna de todos, entendieron y estuvieron dispuestas a ejecutar los mandatarios estadounidenses y rusos.
Es fundamental que, en cada proceso de negociación, se demuestre un interés y disposición no solo por los argumentos propios, si no, también, por la perspectiva y opinión de aquellos con quienes se está negociando, reconociendo que nadie tiene la razón absoluta sobre la situación en cuestión, si no que es por medio de una cooperación que se puede lograr una verdadera solución.
De esta forma y, en primer lugar, Estados Unidos adoptó la empatía como parte de su estrategia, para demostrarle a la URSS su disposición de dialogar, reconociendo que las acciones norteamericanas frente a Cuba habían llevado en parte a que se diera una situación de tal magnitud y, al mismo tiempo, demostrando que si bien, Estados Unidos no cedería ante posibles agresiones, si estaban dispuestos a cooperar y comprometerse a retroceder en ciertos puntos si la URSS lo hacía de igual forma, es decir, EEUU se mostró como alguien dispuesto a escuchar, dándole importancia a la forma en que su contraparte percibía la situación (Tapia, 2010).
Así mismo, la potencia soviética, viendo más allá de las diferencias que la separaban de su contraparte, reconoció que para llegar a una solución debía partirse del punto de que tanto ellos, como Estados Unidos, buscaban una solución alejada de la guerra y, por lo tanto, manejarían una buena y verdadera intención de cooperar, lo que permitió, en cierta medida, introducir la confianza y el principio de no maleficencia como puentes para el desarrollo de negociaciones prosperas.
En conclusión, podemos afirmar que el hecho de que la estrategia de negociación de Estados Unidos y la URSS se basara, en gran parte, en mostrar respeto tantos por los intereses propios, como los de la contraparte, fue lo que ayudó a que se diera un resultado pacífico para la situación en cuestión.