Está claro que la situación en contexto se puede considerar como un juego de presión, un tire y afloje, en el que la tensión y, por lo tanto, situación de completo estrés, provocada por las acciones de cada bando, se convierte en un arma capaz de desmoronar la serenidad o apacibilidad de los más grandes negociadores y expertos en el tema, sin embargo y, para fortuna de todo el mundo, este no fue el caso de los principales mandatarios de Estados Unidos y la URSS, quienes apelando a la estrategia de “Subir al Balcón” supieron encaminar la problemática hacia un escenario de negociaciones (Tapia, 2010).
Bien podemos analizar, en primer lugar, la gran capacidad del presidente Kennedy de mantener o, al menos,
pueblo en general. Claramente, sus acciones evitaban generar caos y preocupación entre la población, razón por la cual, el mandatario norteamericano se tomó varios días para elegir la mejor decisión, consultándolo con miembros de su gabinete y, decidiendo así, no comunicar nada al pueblo estadounidense hasta que tuviera una respuesta. transmitir, una sensación de calma a su equipo de trabajo y, por lo tanto, buscar lo mismo para con su
En segundo lugar, Krushov, a pesar de su inminente afán por ganar influencia en la zona, también demostró ser capaz de analizar la situación bajo un enfoque de pros y contras, lo que le permitió reaccionar con base a una perspectiva objetiva, libre de sesgos generados por sus intereses individuales de mostrarse como el actor mas fuerte del conflicto. concreta sobre el paso a tomar para la situación en contexto (Academia Play, 2020). Esto demuestra la importancia de aprender a no caer en las provocaciones de los adversarios, logrando contener nuestros impulsos de confrontación, para así, dar paso a la objetividad en cada decisión que se busque tomar.
Ambos mandatarios, demostraron tener un apacibilidad que pocos esperaban pudiera darse en una situación de tal magnitud, cosa que tal vez no demostró de igual forma el mandatario cubano Fidel Castro, quien con un actitud más desafiante y menos dispuesta a minimizar los riesgos, afirmaba que Cuba no desistiría de su adquisición de armas, puesto que estaban dispuestos a tomar las medidas de defensa que fueran necesarias, por más duras que estas fueran, para así evitar un invasión a su nación, cosa que demuestra un actitud más impulsiva y, por lo tanto, menos reflexiva (RT, 2010; Lifeder, 2019).